domingo, 1 de mayo de 2011

BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II

ROMA, EUROPAPRESS.
Alrededor de un millón de peregrinos se concentran en las calles de Roma y la Plaza de San Pedro para seguir en directo la ceremonia que convierte a Juan Pablo II en el décimo papa beato proclamado por la Iglesia Católica y que ha dado comienzo a las 10,20 horas de este domingo 1 de mayo, según han indicado a Europa Press fuentes de la Santa Sede.

   Concretamente, los fieles se han congregado en la Plaza de San Pedro, con espacio para 40.000 personas de pie y otras tantas sentadas, así como en Via de la Conciliacion, los puentes de San Angelo y Vittorio Manuele y Plaza de Risorgimiento, donde se han instalado pantallas gigantes para facilitar el seguimiento del acto y que, según han indicado las mismas fuentes, se encuentran "a rebosar".
   
   Desde la Plaza de San Pedro también siguen la ceremonia 87 delegaciones extranjeras, entre las que destaca la española encabezada por los Príncipes de Asturias que han llegado a sus asientos ubicados junto al altar a las 9,30 horas y se han sentado al lado de los Grandes Duques de Luxemburgo. Asimismo, de la delegación italiana, están presentes el primer ministro, Silvio Berlusconi, y el presidente de la República Italiana, Giorgo Napolitano. Además, asisten unos 500 obispos, de los que al menos 26 son españoles.  

   Pese a las predicciones meteorológicas, la lluvia está respetando a los peregrinos que asisten a la ceremonia de beatificación, que ha comenzado con la lectura de la llamada 'fórmula de beatificación', que consiste en leer los aspectos principales de la vida del beato. Posteriormente, se descubrirá el tapiz con una imagen del nuevo beato mientras se canta el himno del beato en latín, que se ha inspirado en las primeras palabras de Juan Pablo II en la homilía de inicio de su Pontificado: "No tengáis miedo, abrid de par en par las puertas a Cristo".

  Este domingo por la mañana se traslada el féretro de Juan Pablo II ante el altar de la Confesión de la Basílica de San Pedro. Finalizada la misa y la ceremonia de beatificación de Karol Wojtyla, Benedicto XVI y todos los cardenales concelebrantes se dirigirán al altar de la Confesión en procesión y rezarán unos instantes ante el cuerpo del nuevo beato.

   Posteriormente, los peregrinos podrán venerar los restos de Juan Pablo II y no se cerrará la basílica de San Pedro "hasta que no haya pasado el último peregrino", según confirmó el padre Federico Lombardi.

   

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